Es un vehículo de despegue y aterrizaje vertical (VTOL por sus siglas en inglés) completamente eléctrico, sin hélices ni alas, que le ofrecen una estética más similar a la de un auto que a la de un avión. Su verdadero impacto es que está impulsado por una batería de hidrógeno de alta potencia (HTPEM).
Urban Aeronautics, una empresa dedicada al desarrollo de vehículos aéreos de fácil utilización propuso para resolver el problema del transporte urbano en las grandes ciudades, un “auto volador” de seis plazas con capacidad de despegue y aterrizaje vertical (tipo helicóptero) y eléctrico para que no contamine.
Se llama CityHawk eVTOL (electric vertical take-off and landing por sus siglas en inglés) y su desarrollo se basa en el primer vehículo de la empresa, (Cormoran), de hecho, son idénticos y sólo cambia el modo de propulsión.
Aunque la mayoría de los desarrollos en automóviles eléctricos están siendo impulsados con tecnología de baterías, los expertos de Urban Aeronautics decidieron apostar por la pila de combustible, (Fuel cell), ya que será una pieza clave para los vehículos eVTOL en el futuro, pues su alta potencia y cualidad 100% ecológica, la convierte en la opción ideal para impulsar estos vehículos.
El automotor posee un sistema llamado Fancraft, lo cual es una tecnología que hace posible diseñar algo más grande que un automóvil y que pueda transportar la misma cantidad de pasajeros pero que pueda volar sin los rotores expuestos. De esta manera, el “auto del futuro” tiene una configuración muy parecida a la de un “dron aéreo”.
La pila de combustible de hidrógeno del CityHawk eVTOL cuenta con cero emisiones de carbono y hace gala de un rendimiento energético superior a través de una mayor potencia específica. Su diseño le permite ser refrigeradas por aire, lo que aumenta la vida útil de los propulsores de hidrógeno de 5.000 a 20.000 horas de uso, lo que implica que sólo tardaría unos minutos en repostar, convirtiéndoles en vehículos sumamente eficientes.
A pesar del avance de la tecnología, es probable que en una primera etapa estos vehículos no sean para todos. El hecho es que en la mayoría de los países será necesaria una licencia de piloto para manejarlo. Es por eso que los mercados donde podría obtener éxito rápidamente serían Nueva York o San Pablo, ya que podrían aventajar a los helicópteros tradicionales, que hoy dominan los cielos.
Toyota ya ha invertido 350 millones de euros en una empresa que promete taxis voladores eléctricos con 240 km de autonomía. Y Hyundai se asoció con Uber para tener en el futuro un taxi volador
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